No se trata de un "gesto", de una "propina", de un "regalo"...
Se trata de una manera de concebir la política, de un enfoque, de una perspectiva...
De un lado, se retroalimentan las políticas neoliberales, para dejar claro que salidas sólo hay una, que fórmula sólo hay una... el mercado.
De otro, se deja patente que el papel del Estado ha de relegarse progresivamente a un segundo plano: "donde mejor está el dinero es en el bolsillo de los contribuyentes" dijo Pizarro, el fichaje del PP, lo mismo que ahora hace Zapatero... Esto significa, renunciar a los mecanismos de protección, de equidad, de igualdad. Y significa dejar que el mercado resuelva por sí sólo... Como si con 400 euros , 13 millones de contribuyentes, individualmente considerados, pudieran solucionar algún problema grave...
Finalmente, el dinero "ahorrado", pensado para garantizar pensiones en un futuro dificil, disponible para asegurar elementos del estado del bienestar que están en situación vulnerable y precaria, ahora se hace volátil por una promesa electoral, para conseguir un puñado de votos...
¿Qué receta es ésta? ¿hacia dónde nos llevan esta gente?
MIGUEL JIMÉNEZ - Madrid - 27/01/2008
La deducción, según informaron a EL PAÍS fuentes socialistas, será aprobada en el primer Consejo de Ministros que se celebre tras los comicios y la constitución del futuro Gobierno, siempre y cuando el PSOE obtenga el apoyo mayoritario de los ciudadanos en las urnas. "Es una transferencia de renta a los ciudadanos, posible gracias al superávit fiscal", señalaron las mismas fuentes. El equipo económico socialista maneja la posibilidad de que la deducción se realice de una sola vez, en el próximo mes de junio, o distribuirla mes a mes hasta final de año.
El objetivo, añadieron los responsables del programa del PSOE consultados por EL PAÍS, es mejorar la capacidad adquisitiva de los ciudadanos y, como consecuencia, dar un estímulo fiscal a la economía española en momentos de incertidumbre. La deducción de 400 euros tiene, además, una lectura política: demostrar la fortaleza de la gestión socialista en materia económica en una fase en que los indicadores económicos (paro, inflación, venta de pisos...) muestran una clara desaceleración.
El PP, que apenas había querido debatir sobre economía a lo largo de la legislatura, está tratando de aprovechar a toda costa la erosión económica de los últimos meses para crear una sensación de grave crisis. Rajoy ha fichado al ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, como su número dos y contrincante del vicepresidente económico, Pedro Solbes, y ha lanzado varias promesas de rebaja fiscal para tratar de situar el debate económico en primer plano de la campaña.
Fuentes próximas a La Moncloa recordaron que, de confirmarse, la deducción de 400 euros para todos los contribuyentes es una más de las medidas emprendidas por el ejecutivo socialista para mejorar la economía familiar y devolver a los ciudadanos parte de la renta que ellos mismos han generado. Entre esas medidas destacan las deducciones por el alquiler de viviendas (unos 700 millones de euros) y el cheque bebé (unos 1.200 millones), entre otras.
El mecanismo del nuevo cheque es sencillo: todos los contribuyentes del IRPF verían reducida en 400 euros la cantidad que les retiene Hacienda. El importe devuelto es igual para todos, independientemente del nivel de renta de los ciudadanos. Sin embargo, no es lo mismo 400 euros por cotizante para un hogar de bajos ingresos que para un contribuyente con una renta de decenas de miles de euros anuales. "Ahí radica la progresividad de la medida", añadieron las citadas fuentes socialistas, que señalan que con esta rebaja los mileuristas quedarían prácticamente exentos de tributación por el impuesto sobre la renta.
En la actualidad, el mínimo exento está en los 9.180 euros. Rajoy ha prometido elevarlo a 16.000 euros si gana las elecciones, aunque no ha explicado el modo en que articulará su reforma fiscal, el coste de la misma ni el efecto sobre las rentas de más de 16.000 euros. Frente a la promesa del PP, la que hoy hará Zapatero tiene la ventaja (económica y política) de ser más inmediata y claramente comprensible para cualquier contribuyente. La medida es similar a la que el presidente de Estados Unidos, George Bush, ha pactado con la oposición demócrata para hacer frente a la amenaza de recesión y que ya fue utilizada con éxito para combatir la crisis tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
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