CENSOS Y CUOTAS EN IU: TRES MENTIRAS Y UNA VERDAD RELATIVA (II)

CENSOS Y CUOTAS EN IU:
TRES MENTIRAS Y UNA VERDAD RELATIVA

(II) Listos, listones y listados

La segunda mentira que nos ha sido desvelada es la concerniente al proceso de actualización de censos. De pronto, en plena crisis económica, demandando la sociedad de todos nosotros una respuesta, una acción, una estrategia para afrontar sus consecuencias, nos hemos visto envueltos en una vorágine censitaria o censal sin precedentes. Y han pasado en realidad tres cosas que no deberían haber ocurrido:

-Se ha dicho que todos los censos deberían haber estado en exposición en las respectivas sedes locales y provinciales a disposición de la militancia para su consulta, reclamaciones o rectificaciones. Y esto no se ha realizado. Pongo por testigo a los compañeros y compañeras de la dirección provincial de Sevilla de IU que pueden afirmar que a fecha del 24 de Julio (día que la Comisión Unitaria aprobada los censos) desconocían el censo “real” de su provincia que obraba en la dirección andaluza y en la federal.. Y esta ha sido la realidad más generalizada en todo el Estado. Lo más que ha podido saberse en numerosos casos era el número “computado” de militantes, sufriendo estas cifras continuos cambios dependiendo de “otros factores” que más adelante detallaremos.

-Los adscritos o adscritas no han recibido por parte de nadie comunicación alguna en la que se les informase de su pertenencia o inclusión en el censo de su asamblea. Todo ha quedado, pues, al arbitrio, la mar de las veces a la buena voluntad, de cuadros medios, coordinadores locales, que han debido sufrir en sus carnes un continuo ir y venir de los listados de sus asambleas, con bastantes errores por cierto, deficiencias y exigencias a veces imposibles de cumplir.

-Y, finalmente, aunque se nos haya llenado la boca de decir “soberanía de las asambleas”, “un adscrito/a, un voto”, la práctica política ha sido otra. Y ha sucedido, efectivamente, que no todos los militantes son iguales. Pues ha habido “paquetes” o “listados de nombres” que han pasado a engrosar directamente las listas de los censos, puenteando a las direcciones locales y a las provinciales, sin que nadie pudiera saber ni número ni nombres; han sido listado de los militantes (o de parte de ellos) de un partido que, pensando en su pleno derecho, ha formulado sus listados, pero contraviniendo los principios básicos que conforman IU, que no es una coalición de partidos, sino un movimiento político y social soberano donde todos los adscrito/as tienen los mismos derechos y obligaciones y, por tanto, debieran quedar “registrados” o “censados” de igual manera y con las mismas exigencias . Testigos somos todos de esa “línea directa” que ha sorteado la transparencia exigible para todos y testigos mudos han sido los principales actores de esa comisión unitaria que deben de decir, por imperativo ético, lo que han visto y lo que ha sucedido.