sábado, 24 de mayo de 2008

POR IZQUIERDA UNIDA. CONTRA LAMPEDUSA


Por Izquierda Unida. Contra Lampedusa

Álvaro Aguilera, coordinador local de IU Brunete y miembro de base del PCE

Es fértil en estos últimos meses la profusión de análisis, propuestas, textos y testamentos en torno a la situación de Izquierda Unida. Numerosos dirigentes de IU, PCE y otros movimientos internos han tratado de diseccionar con mayor o menor acierto el cuerpo moribundo de IU, intentando encontrar el orígen de la enfermedad que lo corroe y la posible cura que lo sane.

Cometo la imprudencia de elaborar un acercamiento semejante desde el cómodo banco de la base y el anonimato, con el fin de intentar, en la medida de lo posible, facilitar una lectura políticamente incorrecta de la situación actual. Espero que mi temeridad sirva para alertar sobre el peligro que corremos las bases de IU dejando en manos de los dirigentes el peso total que suponen las riendas del imprescindible cambio que ha de fraguarse en nuestra organización en los próximos meses.

1. Apriorismos erróneos

En primer lugar quisiera desmentir varios presupuestos que se han repetido en diversas declaraciones y documentos:

“En Izquierda Unida falta mucha gente pero no sobra nadie”.
“Los resultados electorales han desatado una crisis en IU”.
“El debate importante es organizativo y de censos, no ideológico”.

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